viernes

En el nombre de Satanás

Tarde por la mañana
Tarde por la media-tarde
Tarde por la tarde
Tarde por la noche
Tarde por la madrugada
Tarde por la tarde en la tarde de una tarde.

El hombre se levanta
El hombre bosteza
El hombre mira sus pies diminutos
Y no sabe a donde ir
Y no sabe a adonde escapar
Y pone a sonar una vez más ese viejo disco
Y pone una vez mas a sonar esa clara melancolía de un pasado que siempre esta por venir
Y se encuentra una vez más así como un desorientado en el desierto de los símbolos y las prácticas, las bocas torcidas y una miriada de peces sobre los que mear largamente después de sacrificar la imagen.

El hombre se levanta
El hombre bosteza
El hombre mira sus pies diminutos
Y no sabe a donde ir

El hombre se levanta
Y El hombre bosteza
Y El hombre mira sus pies diminutos
Y no sabe a donde ir

Y es Tarde por la mañana
Y es Tarde por la media-tarde
Y es Tarde por la tarde
Y es Tarde por la noche
Y es Tarde por la madrugada
Y es Tarde por la tarde en la tarde de una tarde

Pero Satanás no aparece.

La casa se incendia, la familia es sacrificada, un perro lame la baba negra, yo y tu sonreímos tiernamente ante esta caída del color, un perro lame la baba negra, el hombre da dos pasos hacia delante y luego retrocede, el hombre dice que occidente es como ayer, y sonreímos tiernamente ante esta caída del color, el hombre llora y no hay nadie, la habitación parece quebrarse, un mueble cambia de lugar, el tiempo parece quebrarse, un segundo cambia de lugar, la maquina continua impulsando la aguja que cambia de lugar, el orificio en la piel sigue creciendo, la aguja entra y el perro lame, el color cae y occidente es como esta tierna sonrisa y Satanás no aparece y Satanás no aparece y el agujero crece y cambia de lugar y la aguja se rompe y el perro no abandona este placer y el hombre estático (como mañana que cambia de lugar) apaga el sol diminuto que alguien coronó en el nombre de quien sabe qué saber que no cambia de lugar.

Pero Satanás no aparece.

No aparece.

(Satanás no aparece)